El 12 de julio se celebró el Día Nacional de la Medicina Nacional en homenaje al Dr. René G. Favaloro al cumplirse un nuevo aniversario de su nacimiento en 1923 en la ciudad de La Plata.
A través de la Ley 25.598 del 2002, se declaró este día en conmemoración a la fecha de su nacimiento y en reconocimiento a todos los médicos que se desempeñan en esta área, en beneficio de la comunidad.
El Dr. Marcelo Nahín, es cirujano cardiovascular y coordinador de Trasplante Cardíaco del Hospital de Alta Complejidad en Red El Cruce y recuerda al destacado médico Favaloro.
-¿Cómo fue la experiencia de formarse con el Dr. Favaloro?
-Tuve el honor y el privilegio de acompañar al Dr. René Favaloro en los últimos cuatro años de su vida. Yo era el jefe de residencias cuando él tomó esa decisión trágica por todos conocida. Yo había ingresado a mis 28 años después de haber terminado una residencia pos básica en cirugía general y estaba buscando una sub especialización y fue ahí que ingresé en la Fundación Favoloro. En ese momento la Fundación era el lugar número uno del país en cirugía. Se operaban doce cirugías cardiovasculares por día. Y era uno de los lugares con mayor cirugía cardiovascular en el mundo. El Dr. Favaloro operaba tres o cuatro pacientes por semana y en primer año entrabamos con él de segundo ayudante y cuando fui jefe de residentes fui primer asistente del doctor. Fue una experiencia importante, hoy a la distancia toma mayor valor eso. Él tenía la particularidad de cuando estaba operando contaba permanentemente anécdotas en una función docente increíble.
Siempre tenía una función docente. Quería que lo recuerden como docente, no como cirujano. Estaba mucho en su oficina no circulaba y cuando lo veíamos en quirófano siempre enseñando. Su imagen era muy fuerte. Fue un placer haber aprendido con él. Esos cuatro años fueron intensos. Uno aprende una mecánica de trabajo que trata de llevarla adónde va luego. Uno se acostumbra a trabajar con la excelencia con la que se formó. Al haber tantas cirugías, uno salía con una experiencia muy importante.
-¿Cómo era René Favaloro, cuál era su filosofía de trabajo?
-El doctor era una persona sacrificada, venía muy temprano y se iba tarde. No le temblaba el pulso en poner una cirugía en navidad o el último día del año. El venía y operaba. Tengo ese recuerdo de sacrificio y que ponía a la cirugía cardiovascular en primer lugar, entre las prioridades de su vida.
También recuerdo de haber tenido muchos compañeros de diferentes países de Latinoamérica que rotaban o eran residentes. Rotantes de Japón, Rusia, Italia, etc. que venían a aprender con el Dr. René. Muchos de estos médicos son jefes de servicio en sus países y desarrollan la mecánica aprendida o la forma de trabajo que inculcaba Favaloro. Él ya tenía todo protocolizado, paso por paso y eso uno lo aprendía por la experiencia y la cantidad de trabajo que había.
Su fuerte compromiso social
Quiero destacar el gran compromiso social de Favaloro “el recuerdo que tengo es que él anteponía la enfermedad del paciente por encima de la situación económica del mismo, y si el paciente no tenía cómo cubrir la cirugía, le pedía a los médicos que no cobren sus honorarios, la fundación no le cobraba los gastos quirúrgicos y de internación y el paciente se operaba gratis”.
Al respecto, cobra fuerza una frase reconocida del Dr. René Favaloro que proclama “debe entenderse que todos somos educadores. Cada acto de nuestra vida cotidiana tiene implicancias, a veces significativas. Procuremos entonces, enseñar con el ejemplo”.
Es así que desde el Hospital El Cruce brindamos atención de alta calidad a toda la población desde un centro asistencial público teniendo como prioridad que la salud es inclusiva.